lunes, 9 de febrero de 2009

Que valiente eres

Carente de toda vergüenza y atrapado en tu dudosa reputación de crápula con pinceladas de revolucionario de la sexualidad, crees ser libre.

Arropado por tus incondicionales que buscan en ti la oposición al sistema y encuentran a través de tus sucios escritos una forma de evasión de su mediocridad, crees ser un genio

Subido en el púlpito de tu blog disparas con los mismos argumentos al cura o al ciudadano o al político repitiendo el único y sórdido guión que conoces, crees ser original.

Pero tu no eres así, has creado tu personaje y ahora no te puedes librar de él; ahora ya no puedes confesarnos la verdad

Sabes que todo es una máscara para ocultar tu ignorancia, tu mediocridad, tu falta de imaginación, tu ordinariez, tu cobardía…

Ya no me das ni pena

sábado, 7 de febrero de 2009

La poltrona

Tantas veces he oído hablar de la intensa relación de amor que existe entre un mandatario y su puesto que, desde mi inocencia, lo he considerado siempre un tópico.

Gran error.

Esa fascinación existe hasta para los casos de la menor relevancia imaginables. Son muchos los que no quieren prescindir del estatus que un cargo confiere. Así pueden decir con gran orgullo junto a su nombre de pila y sus apellidos que es presidente, director general, secretario general, etc., sin importarle qué preside o dirige.

Doy por supuesto que es el agente provocador de esta necesidad humana es la falta de autoestima del personaje que necesita ser “alguien”, y esto agrava el problema porque me hace pensar que estamos rodeados por individuos que tienen como único objetivo escalar hasta un puesto que no piensan abandonar.

Una vez alcanzado el reconocimiento, y en aras de cumplir hasta el final con la misión encomendada en función de un proyecto que les condujo hasta tan alta responsabilidad de la que serán fieles depositarios cumplirán con la mayor diligencia su principal objetivo:

DE AQUÍ NO ME VA QUITAR NADIE.

miércoles, 4 de febrero de 2009

SOY PERFECTO

Me lanzo a contar lo que veo a mi alrededor y paso meses pensando sobre que tema versarán mis próximas entradas. Declino la tentación de utilizar los defectos de los demás, porque sólo veo la paja en el ojo ajeno a través de la viga que llevo en mi propio ojo.

Pero tras una profunda reflexión me he dado cuenta que SOY PERFECTO y tengo pleno derecho a opinar sobre el resto de los humanos con el mayor de los descaros.

Que se preparen los pecadores.