martes, 10 de marzo de 2009

Mejor sumando

En una carpintería, las herramientas se reunieron para arreglar sus diferencias.

El martillo se hizo cargo de la presidencia. Pero la asamblea le notifico que tenía que renunciar. ¿Causa?... ¡hacia demasiado ruido! Y además se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsada la garlopa. ¿Causa? Hacia todo su trabajo en la superficie. No tenía nunca profundidad en nada.

La garlopa acepto a su vez, pero le pidió la expulsión del tornillo. Adujo que había que darles muchas vueltas para que al fin sirviera para algo.

Ante el ataque, el tornillo acepto también. Pero a su vez también pidió la expulsión del papel de lija. Hizo ver que era muy áspero en su trato y que siempre tenia fricciones con los demás.

Y el papel de lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro, que siempre se pasaba midiendo a los demás con su medida, como si él fuera el único perfecto.

En eso entro el carpintero, se puso el delantal y se fue al banco para iniciar su trabajo.

Utilizo el martillo, la garlopa, el papel de lija el metro y el tornillo.
Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedo nuevamente sola, la asamblea reanudo la deliberación. Fue entonces cuando tomo la palabra el serrucho, y dijo:
"Amigos, ha quedado demostrado que todos tenemos muchos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que dejemos de lado nuestros puntos malos y pensemos en la utilidad de nuestros aspectos positivos".

Con este conocimiento se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de poder trabajar juntos.

1 comentario:

Ana dijo...

Muy bonito el relato... mucha gente deberia de tomar ejemplo.